EDUCABILIDAD Y FERIA DE CIENCIAS REGIONAL: ABRAMOS EL DIÁLOGO.
¿Se puede enseñar en el contexto actual? ¿Qué respuestas puede brindar la escuela, cuando el alumnado se presenta “hostil” a recibir la información que le da entidad a la experiencia educativa? ¿Tiene sentido participar por ejemplo en la Feria de Ciencias?
Ricardo Baquero en un artículo titulado “De Comenius a Vigotsky o La Educabilidad Bajo Sospecha” (2003: 23 a 28) señala que uno de los efectos, de alcanzar o no las expectativas de logros que diseña el docente; se traduce “en parálisis, abatimiento e incluso en desconfianza para diseñar experiencias educativas dignas. Puesto que la categoría “educabilidad” se define como la posibilidad de los sujetos de ser educados, entendiendo esta posibilidad básicamente en términos de su capacidad para ser educados”.
Sin embargo, es preciso comprender que estamos ante una falacia, subraya Baquero: “intentaré mostrar que la imposibilidad de ser educado un sujeto no es una tarea técnico- psicométrica sino en verdad política”. Y continúa rememorando, desde la matriz comeniana la Didáctica Magna, la que presuponía, por un lado, una naturaleza educable (ideal pansófico) y por el otro, supuso la construcción de un método único.
Más tarde, frente a esto, Vigotsky opondrá la categoría de Zona de Desarrollo Próximo, donde confluyen la actividad intersubjetiva y la mediación semiótica. Es este el contexto que siguiendo a Baquero, estamos invitadas/os a pensar que alguien pueda ser educado, como resultado de un hecho político. Situándonos en las preguntas iniciales, podemos decir que nuestros alumnos podrán manifestar que no desean aprenden tal contenido; pero nunca podrá el o la docente aceptar esta respuesta, dado que nuestra función social o mediación semiótica es justamente no renunciar a su educabilidad.
Retornando a la idea de “política” que comúnmente llamamos política educativa cuyo propósito se sintetiza en incluir con calidad; abrimos este diálogo ya no sólo al alumno, al docente, al contenido, sino fundamentalmente al Estado , a quién le corresponde garantizar este ejercicio. Y en la zona del desarrollo próximo la experiencia educativa vestida de actividad, secuencia, clase, proyecto áulico, etc. debe ser abrigada por las políticas que emanan de este.
Por eso, es preciso que algo tan habitual, tan naturalizado deba ser re-pensado porque su dimensión es amplia y a veces se “individualiza” en el alumnado: “fulano es terrible, no le importa nada” o en una cuestión meramente personal respecto del docente:- “tal profe era exigente pero nos enseñaba o tal otro fue re-piola con el grupo, pero no aprendimos nada”.
Esta es la falacia, a la que tal vez refiere Baquero de la mano de Vigostsky, nosotros aprendimos porque en primer lugar hubo un docente convencido que debía enseñar y encontró una propuesta, una didáctica para comunicarnos aquello que nos estaba enseñando; para que ese contenido ganara significación y de esa manera perdurara en nuestro cerebro, en nuestra subjetividad.
Ahora bien, los tiempos han cambiado y lejos de ofrecernos menos recursos educativos, el mercado, la sociedad de consumo, nos coloca frente a las netbooks, a internet, a juegos electrónicos, a los celulares, etc. A ello le agregamos un sin números de programas de apoyo desde el Estado: Plan Fines, Becas, Plan Mejora, Centro de Estudiantes, Conectar La Igualdad, Canal Encuentro; etc. Y el Marco Legal de una Secundaria Pública, Gratuita Y Obligatoria, todo ello de alguna manera completa la oferta de los recursos y las garantías que deberían en parte hacer posible el aprendizaje o educabilidad.
Pero sin embargo cada vez más el hecho educativo aparece “en cuestión o cuestionado” y en este sentido tal vez sea válido renovar la apuesta hacia la zona de desarrollo próximo con decisión, sin pretextos. Utilizando las políticas que el sistema ofrece; sin dejar de lado que compartimos un momento de frágil participación de las familias en la escolaridad de sus hijos/as y por ello la decisión de hacer posible la educabilidad debe fortalecerla la o el docente; porque es el único que comprende la dimensión teórica de la educación como derecho. Es quien se formó como profesional de la planificación didáctica; es la voz autorizada para reclamar por los déficits que se presenten; pero no puede abandonar su intención formadora.
Finalmente a aquellos que vieron en la propuesta de Feria de Ciencias Escolar la oportunidad de hacer posible la educabilidad de los estudiantes a su cargo, un singular reconocimiento. Y aquellos que aún no encontraron en el trazado de estas políticas, la oportunidad del desarrollo próximo; ojalá nos encontremos en las próximas ediciones y/o en otras propuestas e incluso en el reclamo para que sea efectivo el derecho a la Educación para Todos/as.
Prof. Fulvia Condorí
Coord. CAIE- ISFD YT 152
Ricardo Baquero en un artículo titulado “De Comenius a Vigotsky o La Educabilidad Bajo Sospecha” (2003: 23 a 28) señala que uno de los efectos, de alcanzar o no las expectativas de logros que diseña el docente; se traduce “en parálisis, abatimiento e incluso en desconfianza para diseñar experiencias educativas dignas. Puesto que la categoría “educabilidad” se define como la posibilidad de los sujetos de ser educados, entendiendo esta posibilidad básicamente en términos de su capacidad para ser educados”.
Sin embargo, es preciso comprender que estamos ante una falacia, subraya Baquero: “intentaré mostrar que la imposibilidad de ser educado un sujeto no es una tarea técnico- psicométrica sino en verdad política”. Y continúa rememorando, desde la matriz comeniana la Didáctica Magna, la que presuponía, por un lado, una naturaleza educable (ideal pansófico) y por el otro, supuso la construcción de un método único.
Más tarde, frente a esto, Vigotsky opondrá la categoría de Zona de Desarrollo Próximo, donde confluyen la actividad intersubjetiva y la mediación semiótica. Es este el contexto que siguiendo a Baquero, estamos invitadas/os a pensar que alguien pueda ser educado, como resultado de un hecho político. Situándonos en las preguntas iniciales, podemos decir que nuestros alumnos podrán manifestar que no desean aprenden tal contenido; pero nunca podrá el o la docente aceptar esta respuesta, dado que nuestra función social o mediación semiótica es justamente no renunciar a su educabilidad.
Retornando a la idea de “política” que comúnmente llamamos política educativa cuyo propósito se sintetiza en incluir con calidad; abrimos este diálogo ya no sólo al alumno, al docente, al contenido, sino fundamentalmente al Estado , a quién le corresponde garantizar este ejercicio. Y en la zona del desarrollo próximo la experiencia educativa vestida de actividad, secuencia, clase, proyecto áulico, etc. debe ser abrigada por las políticas que emanan de este.
Por eso, es preciso que algo tan habitual, tan naturalizado deba ser re-pensado porque su dimensión es amplia y a veces se “individualiza” en el alumnado: “fulano es terrible, no le importa nada” o en una cuestión meramente personal respecto del docente:- “tal profe era exigente pero nos enseñaba o tal otro fue re-piola con el grupo, pero no aprendimos nada”.
Esta es la falacia, a la que tal vez refiere Baquero de la mano de Vigostsky, nosotros aprendimos porque en primer lugar hubo un docente convencido que debía enseñar y encontró una propuesta, una didáctica para comunicarnos aquello que nos estaba enseñando; para que ese contenido ganara significación y de esa manera perdurara en nuestro cerebro, en nuestra subjetividad.
Ahora bien, los tiempos han cambiado y lejos de ofrecernos menos recursos educativos, el mercado, la sociedad de consumo, nos coloca frente a las netbooks, a internet, a juegos electrónicos, a los celulares, etc. A ello le agregamos un sin números de programas de apoyo desde el Estado: Plan Fines, Becas, Plan Mejora, Centro de Estudiantes, Conectar La Igualdad, Canal Encuentro; etc. Y el Marco Legal de una Secundaria Pública, Gratuita Y Obligatoria, todo ello de alguna manera completa la oferta de los recursos y las garantías que deberían en parte hacer posible el aprendizaje o educabilidad.
Pero sin embargo cada vez más el hecho educativo aparece “en cuestión o cuestionado” y en este sentido tal vez sea válido renovar la apuesta hacia la zona de desarrollo próximo con decisión, sin pretextos. Utilizando las políticas que el sistema ofrece; sin dejar de lado que compartimos un momento de frágil participación de las familias en la escolaridad de sus hijos/as y por ello la decisión de hacer posible la educabilidad debe fortalecerla la o el docente; porque es el único que comprende la dimensión teórica de la educación como derecho. Es quien se formó como profesional de la planificación didáctica; es la voz autorizada para reclamar por los déficits que se presenten; pero no puede abandonar su intención formadora.
Finalmente a aquellos que vieron en la propuesta de Feria de Ciencias Escolar la oportunidad de hacer posible la educabilidad de los estudiantes a su cargo, un singular reconocimiento. Y aquellos que aún no encontraron en el trazado de estas políticas, la oportunidad del desarrollo próximo; ojalá nos encontremos en las próximas ediciones y/o en otras propuestas e incluso en el reclamo para que sea efectivo el derecho a la Educación para Todos/as.
Prof. Fulvia Condorí
Coord. CAIE- ISFD YT 152
Nota: Acompaño esta nota con imágenes elocuentes de algunos los stands que se presentaron en la edición de Feria de Ciencia, cuya sede fue la Escuela Normal de Las Flores. 1) “Entrando en la Adolescencia. Promotores de Educación Sexual Integral”, ESB N° 5, reconocido con el 3er premio en su categoría. 2)”Entre Libros, la Política”; “Cuando el Cabildo fue Cárcel”; La Iglesia Jesuita y los Jesuitas de San Ignacio de Loyola” presentado por el 5to año II de la Escuela Normal. 3) Sarmiento. Su Biografía en la Historiografía, investigación realizada por los alumnos Larisa Aquilano y Nicolás Genta de 3er año polimodal, también de la Escuela Normal. 4) “Alimentos Sanos” alumnos de 1er año C, de ESB 1.
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